
Sin importar lo que otros digan de ti, Dios te ama profundamente y el sufre cuando tú sufres.
Tu camino quizá es más difícil de lo que pensaste o más solitario de lo que debería ser, pero no estás solo.
Tu pasado no tiene que definir tu futuro... Dios te ofrece una segunda oportunidad.
Aun cuando la gente te abandone, Dios jamás te dejará.
Tu vida tiene propósito y eres importante.
El problema es que todos hemos pecado y esto nos separa de Dios.
La Biblia dice: «Por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios».
También dice que «La paga del pecado es muerte».
Pero la buena noticia es que Dios trajo la solución.
Dios envió a su Hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados.
Él vivió una vida sin pecado y murió en la cruz para pagar por nuestros pecados.
«Dios mostró su amor por nosotros en que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros».
Jesús resucitó de la muerte y ahora vive en los cielos con Dios, nuestro Padre. Él nos ofrece el regalo de la vida eterna: vivir eternamente con Él en los cielos si le aceptamos como Señor y Salvador.
Dios desea mostrarte su amor y desea que seas su hijo.
«Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios». Tú puedes decidir pedirle a Jesucristo que perdone tus pecados y que viva en tu corazón como tu Señor y Salvador.
Hazlo así:
Si quieres recibir a Cristo y arrepentirte de tus pecados, tú puedes pedirle que sea tu Señor y Salvador haciendo esta oración.
«Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Por favor, perdona mis pecados y dame el regalo de la vida eterna. Te invito a mi vida y mi corazón para que seas mi Señor y mi Salvador. Yo quiero servirte por siempre».